Alejandro Escánez, estudiante del programa de doctorado del Campus do Mar, documenta en Canarias los dos primeros ejemplares de tiburón ángel con escoliosis

Es una de las playas más turísticas de Canarias pero también un santuario para el tiburón ángel o angelote, una de las cien especies más amenazadas del planeta que tiene en el arenal una de sus principales zonas de cría. Y aunque los bañistas están concienciados con su protección, la convivencia puede generar ciertos inconvenientes. El biólogo Alejandro Escánez, que ha desarrollado su tesis durante los últimos 4 años en la UVIGO, en el marco del programa de doctorado DoMar, ha documentado los dos primeros casos conocidos de ejemplares con escoliosis y cifosis, malformaciones que podrían estar causadas por pisadas de los usuarios.

La revista Turkish Journal Fisheries and Aquatic Sciences publica el artículo sobre el hallazgo, en el que también han participado expertos de la Universidad de la Laguna y el Smithsonian Institut (EE UU). Y se enmarca en los estudios que la Asociación Tonina, a la que pertenece Escánez, desarrolla sobre el tiburón ángel – Squatina squatina-.

“Es una especie muy desconocida, casi desaparecida en toda su distribución, y Canarias es el único laboratorio natural en el que estudiarla. Hace unos años el ayuntamiento de Santa Cruz contactó con la asociación porque algunos bañistas se quejaron de que algo les había mordido, apenas unos arañazos. Y así descubrimos que Las Teresitas era una zona de cría, porque buscan playas protegidas del oleaje, y que ocurre lo mismo en otros puntos de Tenerife y de otras islas con las mismas características. Y al mismo tiempo se lanzó una campaña de comunicación para que la gente conozca su existencia y vea al tiburón ángel como una especie emblemática de la ciudad. Lo respeta y lo protege”, celebra.

Sus estudios han revelado que el tiburón ángel se reproduce a principios de verano y que las hembras abandonan la playa tras parir allí a sus crías. Éstas permanecen enterradas en la arena -su color dorado facilita el camuflaje- durante 3 o 4 meses hasta que se marchan a aguas más profundas: “Se alimentan durante la noche y de día se alejan de la zona más transitada. Son ejemplares jóvenes, de entre 20-25 centímetros, y alguna cría de mayor tamaño del año anterior. Pero no encontramos adultos, que pueden llegar a medir 1,20 centímetros. En todo caso, es una especie muy tranquila, que espera en la arena a que pase su presa y ataca por emboscada”.

Durante estas investigaciones, Escánez y sus compañeros localizaron en Las Teresitas un ejemplar juvenil de 24 centímetros con una curvatura espinal o escoliosis de 21º y una cifosis de 25º. Y también un tiburón adulto hembra en Gran Canaria con una curvatura de 42º.

Los biólogos creen que estas malformaciones podrían deberse con mucha probabilidad a las pisadas de bañistas, sobre todo en el caso de la cría, aunque también apuntan a déficits nutricionales, lesiones al ser liberados tras una captura accidental, enfermedades, factores genéticos o estrés ambiental.

Asimismo, explican que sus efectos “no parecen muy graves”, puesto que no afectan a su método de alimentación. Aunque sí plantean que quizá sí al apareamiento.

La Asociación Tonina estudia actualmente la dieta del tiburón ángel, que llegó a extenderse desde los países nórdicos hasta Marruecos y Canarias, así como por el Mediterráneo y el Mar Negro, pero al que la pesca intensiva ha situado en peligro de extinción: “En el Mediterráneo se ve muy escasamente y no conocemos avistamientos en la costa atlántica. La suerte es que aquí no hay pesca de arrastre”.

Escánez ha compatibilizado estos estudios con su investigación sobre la riqueza y distribución de cefalópodos en las islas Canarias en el marco del Campus del Mar. “Me fui a Vigo porque es donde están los mayores expertos y estos años he estado entre dos casas. En breve volveré para defender mi tesis que ha estado dirigida por Francisco Rocha, de la UVigo, y Alberto Brito, ecólogo marino de Las Lagunas”.

Fuente: Faro de Vigo & Asociación Tonina



Proxecto financiado polo Ministerio de Educación no marco do programa Campus de Excelencia Internacional e polo Ministerio de Economía e Competitividade, dentro do Plan Nacional de Investigación Científica, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica.

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